jueves, 2 de abril de 2015

Comicidad y desvalorización.

Lo cómico desvaloriza algo que es. En la base de lo cómico se halla una contradicción entre lo que algo vale realmente y lo que pretende valer. Esa pretensión, al ser medida con la vara de lo real, mueve a risa.

Esa pretensión no puede ser tomada en serio y al ser contrastada con la realidad, es devuelta a sus justos límites. Lo que parecía profundo se muestra superficial.

La desvalorización que entraña lo cómico no significa otra cosa que la reducción de la apariencia de la realidad o poner en su verdadero lugar la aparente profundidad, nobleza, plenitud o elevación.

Pone de manifiesto la inconsistencia interna, la vacuidad o nulidad de un fenómeno y su infundada pretensión de ser mas importante de lo que en realidad es.

Lo anterior explica que la literatura y el arte hayan recurrido a lo cómico una y otra vez cuando se trata de mostrar la inconsistencia o nulidad de algunas ideas.

En la edad media, la literatura cómica se constituyo en un arma temible y vigorosa contra la ideología y el poder de la iglesia y de los señores feudales. El libro “del buen amor”, del arcipreste de Hita  y los fabliaux franceses se convierten en verdaderos dardos cómicos disparados contra los monjes y el clero.

 Pero la literatura no solo muestra la inanidad de lo viejo en un mundo nuevo, moderno, sino también la comicidad de lo nuevo cuando se presenta con una pretensión de valor que; en verdad, no tiene.


No hay comentarios:

Publicar un comentario